A partir del Miércoles de Ceniza, entramos en el itinerario cuaresmal. Se trata de un recorrido de 40 días y nos llevará hasta la Pascua del Señor. El miércoles de ceniza, procede del siglo X; los que querían recibir la reconciliación se vestían pobremente y se ponían ceniza en la cabeza. De este modo, se presentaban en la comunidad donde recibían la absolución públicamente. En el siglo XI, el Papa Urbano II generalizó esta práctica penitencial al inicio de la cuaresma para todos los fieles cristianos y todavía la seguimos practicando.
El miércoles de ceniza es para los cristianos el inicio, la inauguración de la Cuaresma, que nos prepara para la gran fiesta de los cristianos: la Pascua, el triunfo de Cristo sobre la muerte.
La cuaresma es un periodo de preparación intensa para recibir el bautismo. Para los ya bautizados ha de ser un tiempo de renovación de los compromisos bautismales.
La Cuaresma, que significa cuarenta días, es el tiempo en que nos preparamos para la celebración de Pascua: Pasión, Muerte y Resurrección de Cristo. Se inicia el "Miércoles de Ceniza", que tiene un significado penitencial, de conversión.
Hay diversas expresiones penitenciales que indican el camino de purificación que nos lleva hacia la Pascua: el ayuno, la limosna, la oración. Existen símbolos y acciones que manifiestan estas actitudes de conversión e indican el cambio de nuestro corazón; el ambiente de silencio y oración, el color morado de los ornamentos, la ceniza, el vía crucis, los retiros, las obras de caridad.
Tenemos en nuestros ojos las imágenes del Belén con su carga de asombro mientras el tiempo que pasa nos proyecta hacia otro camino. El itinerario es decididamente diferente; es un camino que comienza con una señal de polvo en la frente, ligero como un aliento y decisivo como la Palabra que nos invita a actuar: ¡Conviértase y crea en el Evangelio!
Son dos verbos que escuchamos repetidos año tras año con la insistencia de un amor que no se resigna. De hecho, el Señor no se rinde, no cede ante nuestras distracciones, las desorientaciones que nos hacen perder de vista el objetivo.
Él siempre está presente para mostrarnos el camino; avanzar en el camino no es tan difícil si seguimos las 'instrucciones', si separamos nuestro control de lo que llamamos redes sociales que cada vez pierden de vista la autenticidad y la realidad de nuestro ser en lugar de querer aparecer.
El verbo convertir en la Biblia tiene dos formas: la primera es la de "regresar a Dios", expresada con el verbo hebreo shuv; es un cambio radical de toda existencia, casi un "cambio". El segundo es el del "cambio de mentalidad". Se expresa con el verbo griego metanoèin. Es una transformación de la forma de pensar, evaluar e incluso actuar.Toda nuestra persona está involucrada en este proceso de transformación que comienza con cada uno y nos pone en compañía de muchos hermanos que aún intentan cruzar el desierto. Por esta razón, no tememos al Silencio, aunque nos pidan que vivamos del ruido habitual…, no perturben nuestro ayuno, no tanto la comida como el desperdicio que debemos y podemos evitar.
El evangelio de este Miércoles de Ceniza está tomado del Sermón de la Montaña y quiere ofrecernos una ayuda para hacernos entender cómo practicar las tres obras de piedad: oración, limosna y ayuno y cómo utilizar bien el tiempo de Cuaresma.
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