lunes, 13 de agosto de 2018

Video Canción: 15 de Agosto Solemnidad: "Asunción de María Santísima a los Cielos" - (Youtube) -

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ASUNCIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
En este día nos agrada volver a consultar los sermones de San Juan de Ávila. Según él, la fiesta de la Asunción de María marcaba “el término tan deseado y tan pedido por la sacratísima Virgen María, Madre de Dios y Señora nuestra”. Ante aquella evocación, invitaba a los fieles a alegrarse por el triunfo de María. No le faltaba fantasía para imaginar la admiración a los ángeles: 
“Espantados de que en este miserable desierto hubiese tan preciosa reliquia y que con tanta honra y pompa fuese subida a la alteza del cielo y constituida por Señora de los que están allá y de los de acá, preguntan diciendo: ¿Quién es esta que sube del desierto, abundante en regalos, arrimada sobre su Amado?” (Cant 8,5).

Para aquel fogoso predicador, el día de la Asunción de María se convertía en la fiesta de la libertad, de la gloria cumplida y de las esperanza realizadas:
“Gócense, pues, los buenos hijos de la libertad de su bendita Madre, y esperen ellos que, a semejanza de ella, les vendrá el día de su libertad, en que, libres de la corrupción de esta vida, gocen con ella en el cielo del don de incorrupción perpetua, de cumplida gloria y de la alegre vista de Dios. Y entiendan que esta Virgen bendita no sólo nos es dada para ejemplo de nuestra vida, a la cual sigamos e imitemos en sus virtudes, mas también tenemos en ella ejemplo y motivo para esperar que, si fuéremos acá por el camino que ella fue, aunque no tan aprisa ni con tanta santidad, iremos donde ella fue, aunque menores en gloria”.

Pero sabía Juan de Ávila que poco presta la contemplación sin la acción y el regusto sin el esfuerzo. La celebración de la Asunción de María a los cielos le sugería, pues, una sencilla exhortación adornada de una pizca de dramática poesía:
“Estemos, pues, muy atentos, y no perdamos de vista a esta Señora, tan acertada en sus caminos y tan verdadera estrella y guía de los que en este peligroso mar navegamos”[1].
También Santa Teresa cuenta que en esta fiesta de la Asunción de María, se le representó en un arrobamiento “su subida al cielo, y la alegría y solemnidad con que fue recibida y el lugar adonde está” . Y añade que esta visión le aprovechó “para desear más pasar grandes trabajos” y le quedó un “gran deseo de servir a esta Señora, pues tanto mereció”[2].

LA OBRA DE DIOS
El relato evangélico que hoy se proclama recoge el canto gozoso y agradecido de María (Lc 1, 39-56). Sus estrofas no miran tanto a la obra del hombre cuanto a la obra de Dios. El canto del “Magnificat”, en efecto, revela, proclama, canta y agradece el estilo de Dios.
- “Ha mirado la humillación de su esclava”. Más que una confesión personal es un resumen de la historia entera de la salvación. Frente a la altanería de los poderosos, con frecuencia injusta y despiadada, se alza la misericordia del Dios que apuesta por los débiles y oprimidos.
- “Me felicitarán todas las generaciones”. En otros tiempos le había sido prometido a Abraham que por él se bendecirían todos los linajes de la tierra (Gén 12,3). La antigua profecía se ha cumplido en María. Gracias a Jesús, fruto bendito de su vientre, la bendición de Dios se convierte en bienaventuranza para todos los que lo siguen.
- “Ha hecho obras grandes por mí”. Lo mismo pudieron decir Sara, madre de Isaac, y Ana, la madre de Samuel. Para María, las grandes obras de Dios incluyen la maternidad física de Jesús. Pero comprenden las riquezas del Reino que por Jesús se revelan y se otorgan a los pequeños y a los humildes.

UN SIGNO CELESTIAL
La visión del Apocalipsis coloca a la Iglesia en el centro de la bóveda celeste (Ap 12,1). La liturgia ve esa profecía a la luz de los misterios que transforman la vida de María:
• “Una mujer vestida del sol”. La luz de Dios revelada en el Cristo inunda a María y a la Iglesia. Purificadas e iluminadas por Él se convierten en faro para la peregrinación de las gentes. Su esencia determina su misión imprescindible.
• “Una mujer con la luna por pedestal”. La luz de María y de la Iglesia no brota de sus méritos. Como el pálido claror de la luna, su brillo es reflejo de una luz que las trasciende y las lleva a vivir en humilde transparencia.
• “Una mujer coronada con doce estrellas”. El signo cósmico del zodíaco se asocia a las tribus de Israel y al número apostólico para desvelar el papel de María y de la Iglesia. La naturaleza y la historia coronan al icono de la fe, al ejercicio de la fe, a la obediencia de la fe.

ORACIÓN
- “Dios todopoderoso y eterno, que has elevado en cuerpo y alma a los cielos a la inmaculada Virgen María, Madre de tu Hijo; concédenos que aspirando siempre a la realidades divinas, lleguemos a participar con ella de su misma gloria en el cielo”. Amén.
José-Román Flecha Andrés
[1] San Juan de Ávila, Sermón 70, en Obras completas del Santo Maestro Juan de Ávila, III, 177.
[2] Santa Teresa de Jesús, Libro de la Vida, 39,26. La Santa había contado que en otra fiesta de la Asunción, le pareció ser vestida de blanco por nuestra Señora y por san José: o,c 33,14. .
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miércoles, 8 de agosto de 2018

Video: Intenciones del Papa Francisco - "La familia, un tesoro” - (YouTube)

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Al hablar de las familias, muchas veces me viene a la cabeza la imagen de un tesoro.
El ritmo de vida actual, el estrés, la presión del trabajo y también, la poca atención de las instituciones, puede poner a las familias en peligro.
No es suficiente hablar de su importancia: es necesario promover medidas concretas y desarrollar su papel en la sociedad con una buena política familiar.
Recemos para que las grandes opciones económicas y políticas protejan a la familia como el tesoro de la humanidad.
Papa Francisco - Agosto 2018
INTENCIONES DEL PAPA 
POR LOS DESAFÍOS DE LA HUMANIDAD
AGOSTO 2018
Universal: La familia, un tesoro.
Para que las grandes opciones económicas y políticas protejan la familia como el tesoro de la humanidad.

Oración.
Padre Bueno...
Por el sacramento del matrimonio, tu Iglesia ve en el amor humano una señal de tu presencia. La entrega de la vida en un amor fecundo, generador de nuevas vidas, es ejemplo de aquello a lo que cada uno de nosotros es llamado como hijo tuyo: a generar vida.
La familia es un lugar de vida, de esperanza, de futuro y de comunión.
Por eso, te pido, en este mes, en unión con el Papa Francisco y su Red Mundial de Oración, por todas las familias, para que reciban apoyo político y económico para cumplir su misión. Te pido en particular por las que viven con mayores dificultades, que tu Espíritu sea su fuerza y consuelo.
Padre Nuestro, Ave María, Gloria...

Propuestas para el mes
  • Acompaña el Encuentro Mundial de las familias en Dublín, que se desarrolla del 21 al 25 de agosto. Interiorízate de las conclusiones de este encuentro, los llamados que allí se hagan y las declaraciones del Papa Francisco en su visita.
  • En tu propia familia, cuida de las relaciones de forma constructiva, creando puentes, sanando heridas, cuidando de quienes están en mayores dificultades o enfermos.
  • Busca información sobre acciones a nivel social, político y económico, que existen en tu país o en otros países, para proteger a la familia y, en la medida de sus posibilidades, lucha para que se implementen en tus propios ambientes.
https://clicktopray.org/es/pope_prayers
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jueves, 2 de agosto de 2018

Mensaje Bioética- PPT: POBLACIÓN Y PROCREACIÓN

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POBLACIÓN Y PROCREACIÓN

La preocupación moderna por el crecimiento demográfico de la humanidad se remonta a Thomas Malthus. Según él, “si no se pone obstáculos a su crecimiento, la población aumenta en progresión geométrica, mientras los alimentos lo hacen en progresión aritmética”.
Las predicciones de Malthus no se han realizado como él las preveía. El aumento de los medios de producción y consumo se une a la disminución de la población en los países desarrollados, aunque la población aumenta todavía en las sociedades más pobres.
En 1965, el Concilio Vaticano II evocaba así las actitudes que dificultan la apertura a la vida: "El amor matrimonial queda frecuentemente profanado por el egoísmo, el hedonismo y los usos ilícitos contra la generación. Por otra parte, la actual situación económica, socio-psicológica y civil son origen de fuertes perturbaciones para la familia. En determinadas regiones del universo, finalmente, se observan con preocupación los problemas nacidos del incremento demográfico. Todo lo cual suscita angustia en las conciencias" (GS 47).
El problema era evidente, pero diversos motivos indujeron a Pablo VI a retirar el tema de la discusión en el aula conciliar. Había que oír otras voces, especialmente las de la comisión creada por Juan XXIII para el estudio de esta cuestión
Teniendo en cuenta los informes contrastantes de aquella comisión, Pablo VI publicó el 25 de julio de 1968 su encíclica Humanae vitae. En ella recordaba que el deber de transmitir la vida humana es para los esposos, colaboradores libres y responsables de Dios Creador, fuente de grandes alegrías, a veces acompañadas de dificultades y angustias. 
Si este deber ha planteado siempre serios problemas en la conciencia de los cónyuges, los cambios acaecidos en la sociedad han planteado nuevas cuestiones que la Iglesia no puede ignorar por referirse a la vida y la felicidad de los hombres (HV 1). 
Entre esos cambios, menciona el Papa el rápido desarrollo demográfico, que genera el temor de que la población aumente más rápidamente que las reservas de que dispone. Este temor incita a los gobiernos a adoptar algunas medidas radicales.
Además, las condiciones de trabajo y de vivienda, el aumento de los gastos en la crianza y en la educación dificultan el mantenimiento adecuado de un número elevado de hijos.
Por otra parte, es evidente el nuevo papel de la mujer en la sociedad, en la valoración del amor conyugal y en el aprecio de la intimidad conyugal.
Finalmente, el hombre puede gestionar mejor el dominio racional de las fuerzas de la naturaleza con relación al cuerpo, a la vida psíquica, a la vida social y aun a las leyes que regulan la transmisión de la vida (HV 2). 
He ahí los motivos de aquella encíclica profética, publicada hace cincuenta años, que requiere hoy un análisis más sereno. 

José-Román Flecha André