martes, 26 de noviembre de 2013

Video: Ángelus del Papa 17-11-13 - El Papa distribuyó "Misericordina", un remedio para el alma

Al concluir la oración del ÁngelusFrancisco
 expuso las bondades  de una cajita de 59 pastillas  "para el corazón",
 que fueron entregadas gratuitamente a los fieles presentes 
 
  

Papa Francisco Angelus 17 de noviembre de 2013 subtitulado
fabideve  19/11/2013 03:05:08
"Primero: no dejarse engañar por falsos mesías y no dejarse paralizar por el miedo. Segundo: vivir el tiempo de la espera como tiempo del testimonio y de la perseverancia. Y nosotros estamos en este tiempo de la espera, de la espera de la venida del Señor."
"Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu y de su gracia."
"Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con coraje y esperanza, en compañía de la Virgen, que camina siempre con nosotros."                                                                     Fuente: Gloria TV
Frente a una multitud de peregrinos que llenaba de punta a punta la plaza San Pedro, el Papa mostró una cajita y anunció que se trataba de "una medicina especial para concretar el Año de la Fe".
"Son 59 pastillas para el corazón", dijo en alusión a las cuentas del Rosario. De eso se trataba, en realidad, un novedoso packaging para el tradicional Rosario con el cual rezan los católicos.
"Tómenla, es una corona del Rosario con la cual se puede rezar, es ayuda espiritual para nuestra alma y para difundir en todas partes el amor, el perdón y la fraternidad", explicó para anunciar luego que varios voluntarios distribuirían las cajitas de Misericordina entre los fieles presentes. 
"No se olviden de tomarla porque hace bien, al corazón, al alma y a toda la vida", agregó , antes de despedirse con su tradicional: "Arrivederci e buon pranzo (Hasta la próxima y buen almuerzo)".
Antes del rezo del Ángelus, el Papa había exhortado a los presentes a no dejarse engañar por falsos "salvadores", ni paralizarse por el miedo. Su reflexión se centró en un pasaje del Evangelio en el que Jesús responde a las preguntas de cuándo será el fin del mundo y cuáles serán los signos, y advierte que no hay que dejarse engañar por falsos salvadores, que no se debe tener miedo y que hay que vivir el tiempo de espera como tiempo de testimonio y perseverancia.
"Es una invitación al discernimiento –afirmó Francisco-. También hoy, en efecto, hay falsos 'salvadores', que tratan de sustituir a Jesús: líderes de este mundo, santones, incluso brujos, personajes que quieren atraer a sí las mentes y los corazones, especialmente de los jóvenes. Jesús nos pone en guardia: ¡No los sigan! Y el Señor también nos ayuda a no tener miedo: frente a las guerras, a las revoluciones, pero también a las calamidades naturales, a las epidemias, Jesús nos libera del fatalismo y de las falsas visiones apocalípticas."
Pero, advirtió, Jesús también anuncia que habrá dificultades y persecuciones pero que estamos en las manos de Dios. "Las adversidades que encontramos por nuestra fe y nuestra adhesión al Evangelio son ocasiones de testimonio; no deben alejarnos del Señor, sino impulsarnos a abandonarnos aún más en Él, en la fuerza de su Espíritu y de su gracia", dijo el Papa.
Al final, Jesús hace una promesa que es garantía de victoria: "Con su perseverancia salvarán sus almas". "¡Cuánta esperanza en estas palabras! Son un llamamiento a la esperanza y a la paciencia –afirmó Francisco- porque ¡a  pesar de los desórdenes y de los desastres que turban al mundo, el designio de bondad y de misericordia de Dios se cumplirá! Este mensaje de Jesús nos hace reflexionar sobre nuestro presente y nos da la fuerza para afrontarlo con coraje y esperanza, en compañía de la Virgen, que camina siempre con nosotros".

jueves, 21 de noviembre de 2013

Encuentro: Comisión Diocesana de Pastoral de la Salud en la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad FASTA - Mar del Plata -

Tema del encuentro: Como el médico debe realizar el acercamiento con el enfermo, su familia, con  otros profesionales de la salud, para potenciar una cultura más sensible, más humana  frente al dolor, al sufrimiento, a la discapacidad, a la agonía, a la muerte, al duelo y a la defensa de la vida.
La presentación estuvo a cargo de la Decana, y Titular de la Cátedra de Bioética Dra. Julia S. Elbaba.
Los disertantes fueron el Delegado Episcopal Pbro. Dr. Ricardo Delorenzo y  la Lic. María Silvina Zoratti. La reunión  fue dirigida a los alumnos de 4º año de la carrera de Medicina en la Cátedra de Bioética de UFASTA.
Se destacó fundamentalmente que la acción que nos guía hacia el enfermo debe estar fundada en el AMOR,  la escucha constante, la empatía, la cercanía, de forma humana y con la constante capacitación para ser entusiasta y creativo. 
El encuentro tuvo su cierre con un cuento humanizante " El árbol generoso".
La Dra. Julia S. Elbaba hizo entrega de una distinción  al  Pbro. Dr. Ricardo Delorenzo.      




carolinacapaceta nice  Subido el 12/11/2009 Categoría Instructivos y estilo  Licencia Licencia estándar de YouTube
El Árbol Generoso
 Shel Silverstein
Había una vez un árbol… que amaba a un pequeño niño.
Y todos los días el niño venía y recogía sus hojas 
para hacerse con ellas una corona y jugar al rey del bosque.
Subía por su tronco y se mecía en sus ramas
Y comía manzanas y ambos jugaban al escondite.
Y cuando estaba cansado, dormía bajo su sombra
Y el niño amaba al árbol mucho
Y el árbol era feliz.
Pero el tiempo pasó y el niño creció
Y el árbol se quedaba a menudo solo.
Pero un día, el árbol vio venir a su niño y le dijo:
“Ven, Niño súbete a mi tronco y mécete en mis ramas y
come mis manzanas y juega bajo mi sombra y sé feliz.”
“Ya soy muy grande para trepar y jugar, “dijo el niño.
“Yo quiero comprar cosas y divertirme, necesito dinero. ¿Podrías dármelos?”
“Lo siento, “dijo el árbol, pero yo no tengo dinero. Sólo tengo hojas y manzanas. Toma mis manzanas y véndelas en la ciudad así tendrás dinero y serás feliz
Y, así, él se subió al árbol, recogió las manzanas y se las llevó
Y el árbol se sintió feliz.
Pero pasó mucho tiempo y su niño no volvía
Y el árbol estaba triste.
Y entonces, un día regresó y el árbol se agitó alegremente y le dijo, “Ven, Niño, súbete a mi tronco, 
mécete en mis ramas y sé feliz.”
“Estoy muy ocupado para trepare árboles, “dijo él.
“Necesito una casa que me sirva de abrigo.”
“Quiero una esposa y unos niños, y por eso quiero una casa.
¿Puedes tú dármela?”
“Yo no tengo casa”, dijo el árbol.
“El bosque es mi hogar, pero tú puedes cortar mis ramas y hacerte una casa. Entonces serás feliz.”
Y así él cortó sus ramas y se la llevó para construir su casa.
Y el árbol se sintió feliz…
Pero pasó mucho tiempo y su niño no volvía.
Y cuando regresó el árbol estaba tan feliz que apenas pudo hablar.
“Ven, Niño” susurró. “Ven y juega.”
“Estoy muy viejo y triste para jugar”, dijo él
“Quiero un bote que me lleve lejos de aquí. ¿Puedes tú dármelo?”
“Corta mi tronco y hazte un bote,” dijo el árbol. “Entonces podrás navegar lejos… y serás feliz.”
Y así él cortó el tronco y se hizo un bote y navegó lejos.
Y el árbol se sintió feliz. Pero no realmente.
Y después de mucho tiempo, su niño volvió nuevamente. “Lo siento, Niño,” dijo el árbol,
“pero ya no tengo nada para darte, ya no me quedan manzanas.”
“Mis dientes son muy débiles para comer manzanas”, le contestó el niño.
“Ya no me quedan ramas, tú ya no puedes mecerte en ellas” – dijo el árbol.
“Estoy muy viejo para columpiarme en las ramas,” dijo el niño.
“Ya no tengo tronco” dijo el árbol, “tú ya no puedes trepar.”
“Estoy muy cansado para trepar” le contestó el niño.
“Quisiera poder darte algo…pero ya no me queda nada. Soy solo un viejo tocón. Lo siento…” dijo el árbol
“Yo no necesito mucho ahora, solo un lugar tranquilo para reposar, estoy muy cansado,” dijo el niño.
“Bien”, dijo el árbol reanimándose, “un viejo tocón es bueno para sentarse y descansar. Ven, Niño, siéntate. Siéntate y descansa.”
Y él se sentó
Y el árbol fue feliz.

EL ÁRBOL GENEROSO
El Árbol Generoso o The Giving Tree, nos cuenta la historia de un árbol y un niño que son amigos. Conforme pasa el tiempo, el niño pide al árbol sus recursos, uno tras otro...hasta que el árbol no tiene nada más que darle. Entonces el niño, ya convertido en un anciano, se sienta en lo que queda del árbol para descansar.
Este libro de Shel Silverstein, editado por primera vez en 1964, ha sido traducido a más de 30 idiomas y forma parte del imaginario de muchos niños, padres y abuelos.
Reflexión 

Es principalmente un cuento infantil,... sin embargo el tema del cuento puede ser interpretado de muchas formas y genera distintos cuestionamientos. ¿Es un cuento que habla exclusivamente sobre la relación que tenemos los humanos con la naturaleza? Tal vez nos muestra las consecuencias que tienen los excesos y la explotación que el hombre hace de los recursos naturales.
¿Qué nos quedará cuando la naturaleza no tenga más que darnos? Mientras pasamos las páginas del libro, leemos que el árbol hace todo para que el niño-joven-adulto-anciano sea feliz, a pesar de sus propios sacrificios. El árbol cómo símbolo de fuerza, templanza y proveedor, podría tomar también el papel del padre o madre o de Dios. El niño, al pedir los recursos al árbol sólo lo hace a través del verbo querer: “yo quiero unas manzanas”, “yo quiero una barca”, pero únicamente utiliza el verbo “necesito” cuando está cansado y desea descansar un poco. Y el árbol, para garantizar la comodidad y felicidad del niño, da todo lo que éste le pide, sin esperar nada a cambio. Quizás, cuando el anciano descansa sobre las raíces del árbol, alude a que cuando ya no queda nada material que nuestros antecesores puedan darnos son nuestras propias raíces lo único que conservaremos.
Otra reflexión que podríamos hacer sobre el cuento, es la de preguntarnos y aprender a diferenciar entre lo que queremos y lo que necesitamos. Lo que queremos puede cubrir caprichos inmediatos, pero no necesidades reales. Y al querer cubrir estos caprichos podemos obviar, muchas veces, lo que a la larga nos hará verdaderamente felices y nos dará esa sensación de plenitud.
Cualquiera que sea el análisis que el lector quiera darle, es interesante que este libro,..., pueda abrir espacios de reflexión que involucren a toda la familia, a los valores y a diferentes temáticas de la vida diaria.
Fuente: Ariela Sclar


domingo, 10 de noviembre de 2013

DOCUMENTO DE LOS OBISPOS DE LA CONFERENCIA EPISCOPAL ARGENTINA: EL DRAMA DE LA DROGA Y EL NARCOTRÁFICO

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El drama de la droga y el narcotráfico
Angustias de la sociedad
1 – La sociedad vive con dolor y preocupación el crecimiento del narcotráfico en nuestro país. Son muchos los que nos acercan su angustia ante este flagelo. Nos conmueve acompañar a las madres y los padres que ya no saben qué hacer con sus hijos adictos, a quienes ven cada vez más cerca de la muerte. Nos quedamos sin palabras ante el dolor de quienes lloran la pérdida de un hijo por sobredosis o hechos de violencia vinculados al narcotráfico.
2 – Sabemos que este problema es un emergente de la crisis existencial del sentido de la vida en que está sumergida nuestra sociedad. Se refleja en el deterioro de los vínculos sociales y en la ausencia de valores trascendentes.
3 – Cuando este mal se instala en los barrios destruye las familias, siembra miedo y desconfianza entre los vecinos, aleja a los chicos y a los jóvenes de la escuela y el trabajo. Tarde o temprano algunos son captados como ayudantes del “negocio”. Hay gente que vende droga para subsistir, sin advertir el grave daño que se realiza al tejido social y a los pobres en particular.
4 – Es alarmante la expansión de las llamadas drogas sintéticas, que se distribuyen en diversos espacios festivos, y nos duelen las conductas autodestructivas en adolescentes o jóvenes que consumen diversas sustancias.
5 – Lo que escuchamos decir con frecuencia es que a esta situación de desborde se ha llegado con la complicidad y la corrupción de algunos dirigentes. La sociedad a menudo sospecha que miembros de fuerzas de seguridad, funcionarios de la justicia y políticos colaboran con los grupos mafiosos. Esta realidad debilita la confianza y desanima las expectativas de cambio. Pero también es funcional y cómplice quien pudiendo hacer algo se desentiende, se lava las manos y “mira para otro lado”.

Necesidad de medidas urgentes
6 – La Argentina está corriendo el riesgo de pasar a una situación de difícil retorno. Si la dirigencia política y social no toma medidas urgentes costará mucho tiempo y mucha sangre erradicar estas mafias que han ido ganando cada vez más espacio. Es cierto que el desafío es enorme y el poder de corrupción y extorsión de los grupos criminales es grande. Pero no es verdad que “nada se puede hacer”.
7 – La complejidad de este tema es tal que solo será abordado eficazmente por medio de amplios consensos sociales que deriven en políticas públicas de corto, mediano y largo alcance. Pero perseguir el delito es tarea exclusiva e irrenunciable del Estado. Recogemos también la preocupación por la desprotección de nuestras fronteras, y por la demora en dotar de adecuados sistemas de radar a las zonas más vulnerables.
Lamentamos que el organismo del Estado dedicado a coordinar las políticas públicas en esta materia (SEDRONAR) lleve tantos meses sin tener su responsable designado.

Pasión por el bien
8 – Muchos centros educativos, clubes barriales y diversas ONG colaboran en la educación, prevención y asistencia a las víctimas. Reconocemos gratamente la ardua tarea que se desarrolla desde la Iglesia implementando en las diócesis la pastoral de adicciones, promoviendo la contención de familias, el acompañamiento y la reinserción social de los adictos. Valoramos de corazón el esfuerzo, la dedicación y la entrega de tanta gente generosa que colabora en comunidades terapéuticas. No obstante, como obispos somos conscientes de que no hemos sido suficientemente eficaces en promover una pastoral que convoque y contenga a los adolescentes y jóvenes. A su vez, seguimos alentando la creación de centros de asistencia para quienes sufren la esclavitud de la adicción y les cuesta salir.
9 – Esta situación está dejando un tendal de heridos que reclaman de parte de todos compromiso y cercanía. Jesús nos pide que nos inclinemos ante quien sufre y que tratemos con ternura sus heridas.
10 – San Pablo nos enseña a “tener horror por el mal y pasión por el bien” (Rm 12, 9). Por eso no debemos quedarnos solamente en señalar el mal. Alentamos en la esperanza a todos los que buscan una respuesta sin bajar los brazos:
A las madres que se organizan para ayudar a sus hijos.
A los padres que reclaman justicia ante la muerte temprana.
A los amigos que no se cansan de estar cerca y de insistir sin desanimarse.
A los comunicadores que hacen visible esta problemática en la sociedad.
A los docentes que cotidianamente orientan y contienen a los jóvenes.
A los sacerdotes, consagradas, consagrados y laicos que en nuestras comunidades brindan espacios de dignidad humana.
A los miembros de fuerzas de seguridad y funcionarios de otras estructuras del Estado que aún a riesgo de su vida no se desentienden de los que sufren.
A todos los que resisten la extorsión de las mafias.

Que no nos roben la esperanza
11 – Es perverso vivir del sufrimiento y de la destrucción del prójimo. Por eso anhelamos una justicia más eficiente que erradique sin demoras la impunidad. Al mismo tiempo no dejamos de pedir la conversión de los traficantes.
12 – A cada uno de los que han caído en la droga, le decimos con el Papa Francisco: “Puedes levantarte, puedes remontar; te costará, pero puedes conseguirlo si de verdad lo quieres. Tú eres el protagonista de la subida, esta es la condición indispensable. Encontrarás la mano tendida de quien te quiere ayudar, pero nadie puede subir por ti”.
13 – No dejemos que nos roben la esperanza, ni que se la arrebaten a nuestros jóvenes. Cuidémonos los unos a los otros. Estemos particularmente cerca de los más frágiles y pequeños. Trabajemos por una cultura del encuentro y la solidaridad como base de una revolución moral que sostenga una vida más digna.

Que el Señor nos ilumine y la Virgen de Luján nos ayude a cuidar el presente y el futuro de la Nación.
106° Asamblea Plenaria
Pilar, 7 de noviembre de 2013