El miércoles 1º de noviembre, Solemnidad de Todos los Santos, la Iglesia católica en la Argentina celebra la 21º Jornada de Oración por la santificación del pueblo argentino y la glorificación de sus siervos de Dios, y nos invita a orar juntos por la santidad de todos.
Con su paternal providencial, Dios nos ha regalado en estos últimos años, 2 santos: San Héctor Valdivielso, religioso mártir y San José Gabriel del Rosario Brochero, sacerdote y párroco; más 8 beatos: María del Tránsito Cabanillas, religiosa; María Ludovica de Angelis, religiosa; María Antonia de la Paz y Figueroa, virgen fundadora; Nazaria Ignacia March Mesa, religiosa; Ceferino Namuncurá, laico; María Crescencia Pérez, religiosa; Laura Vicuña, laica; Artémides Zatti, laico profeso.
Ahora gozamos ya de su presencia y compañía, que nos permite seguir descubriendo la vocación del pueblo cristiano a la santidad. Porque el mismo Señor llama a todo bautizado a seguir este hermoso camino y con la fuerza del Espíritu Santo lo santifica, a lo largo de toda su vida. En verdad, la gracia de la santidad hace a los cristiano dichosos y serviciales, allí en el lugar que ocupa cada uno, para gloria de Dios y para la edificación de una sociedad en paz, justicia y solidaridad.
En la solemnidad de Todos los Santos, celebrada el 1° de noviembre, la Iglesia en la Argentina convoca a todos sus hijos y a cuantos quieran unirse, a elevar una oración confiada para que Dios siga santificando a su pueblo con frutos abundantes de gracia, que hagan más respetuosa, justa y fraterna la convivencia de todos los argentinos.
A lo largo del camino de la vida, con sus pruebas y dificultades, nos alienta el ejemplo de los santos y beatos, como así también de muchas otras figuras ejemplares, como los casi 50 Siervos de Dios, cuyas Causas de canonización se siguen tramitando en la Argentina y en Roma. Por su pronta glorificación oramos también en esta ocasión, para bien de la Iglesia y del mundo.
Oremos por la santidad del pueblo argentino, siguiendo el ejemplo de los santos. Ellos son modelos del amor a Dios y a los hermanos, nos enseñan y ayudan a vivir los valores del Evangelio de Jesús.